Cómo limpiar el mármol

¿Cómo se limpia el mármol?

Podemos diferenciar una limpieza para el uso diario de una limpieza exhaustiva que nos servirá para que mantenga un acabado similar al que tenía cuando lo instalamos.

Para la limpieza diaria:

  1. Humedece ligeramente con agua caliente un trapo microfibra y limpia la superficie.
  2. Después, utiliza otro paño y seca el mármol para que no queden cercos de agua.

Para una limpieza a fondo:

  1. Añade agua tibia en un recipiente y agrega unas gotas de detergente de lavavajillas suave y mézclalo todo.
  2. En el caso de que el mármol sea de color oscuro, también se permite el uso de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) o acetona. Humedece un paño en la solución y utilízalo para limpiar la superficie.
  3. Quita el exceso la espuma producida por el jabón ayudándote de un trapo mojado con agua.
  4. Seca lo máximo que puedas la superficie con un paño.

Procura que los paños que utilices también sean suaves y no suelten pelusillas que se adhieran a la superficie. Son ideales los de microfibra.

Productos recomendados para la limpieza del mármol

Para no dañar el material, debemos utilizar productos que sean respetuosos.

El mármol ya de por sí es un material delicado y blando, por lo que no se recomienda el uso de vinagre o productos con un pH muy bajo (ácidos) para su limpieza, pues el brillo y composición del mismo podrían verse afectados, adquiriendo en última instancia una apariencia mate y apagada.

Por el contrario, puedes usar jabones neutros y, si aparecen manchas, bicarbonato de sodio.

Consejos para cuidar y limpiar el mármol

Para mantener el mármol en perfectas condiciones, deberemos seguir una serie de cuidados. En general, basta con los consejos anteriores y con pasarle de vez en cuando una gamuza.

Hay personas que, además, optan por encerarlo, aunque debes tener en cuenta que la cera puede proporcionarle una apariencia amarillenta que, a largo plazo, habrá que blanquear.

Por eso, lo mejor es eliminar las manchas que puedan aparecer con la mayor rapidez posible y mantener el brillo natural de la piedra.

Exterior

Los mármoles en exteriores están sometidos a las inclemencias del tiempo y, por eso, sufren más que las piezas de interior. Por eso, nuestra recomendación es que le hagas una limpieza en profundidad una vez por semana.

Si es un suelo, utiliza jabón apto para mármoles y una fregona suave. Y también debes hacer limpieza cada vez que llueva, para evitar que se acumule la suciedad y pierda brillo. Con el paso de los años, quizás tengas que realizar un pulido mecánico.

Interior

En el interior, lógicamente la piedra no sufre tanto. La limpieza, sobre todo si es un suelo, dependerá del uso que le dé, pero por lo general bastará con un fregado a fondo cada 3-4 días.

Eso sí, utiliza productos no agresivos para que no se desgaste tu pieza de mármol y, con eso, será suficiente.

¿Qué hago si está muy sucio?

En primer lugar, prueba con los remedios que ya hemos comentado. Si no funciona, puede ser porque la suciedad haya penetrado en los poros del mármol.

De ser así, te recomendamos que pruebes productos específicos que encontrarás en las droguerías o que realices un pulido a máquina. Si es el caso, déjalo en manos de un profesional, para evitar dañarlo.

Los experimentos no son lo más recomendable porque, como dice el refrán, más vale prevenir que curar.

¿Cómo lo limpio para que brille?

Es normal que a medida que pasa el tiempo el mármol vaya perdiendo su brillo original, por lo que a continuación te explicaremos cómo abrillantar y pulir el mármol sin rallarlo:

  • En el caso de que el mármol ya esté limpio y únicamente necesites abrillantarlo, la mejor opción -y la más segura- es frotar de forma suave la superficie previamente humedecida con un paño o una gamuza.
  • Debido, en parte, a que esta piedra es especialmente sensible, se recomienda el uso de un producto de abrillantado específico para este tipo de piedras en tanto que quieras obtener un pulido más intenso.

Conclusión

Como hemos visto, el mantenimiento es muy sencillo. El mármol tiene un brillo natural que nos durará varios años si lo mantenemos limpio y tenemos cierto cuidado de no derramar productos abrasivos.

La mejor forma de asegurarnos de que nuestra piedra se conserve en perfectas condiciones es eliminar cualquier posible mancha en cuanto aparezca, utilizar productos que no sean agresivos para que no lo vuelvan opaco y preocuparnos de realizar una limpieza profunda de vez en cuando.

Con esto y todo los consejos anteriores, durará varios años sin que tengas que preocuparte por su apariencia.

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