Cómo hacer tu propio jabón para platos
Hacer tu propio jabón para platos es una idea genial y muy práctica si deseas ahorrar algo de dinero, si te quedaste sin jabón lavavajillas y necesitas uno con urgencia e incluso si deseas optar por reemplazar los productos químicos en tu hogar.
Realmente es más fácil de lo que piensas, solo necesitas los materiales necesarios (que probablemente ya tengas en tu casa). En Internet existen muchísimas recetas que tienen la misma finalidad, sin embargo, no todas son las idóneas o no cumplen con las expectativas.
Varias de ellas, además, no cuentan con los elementos necesarios para deshacerte de la grasa de manera efectiva, dejando resultados finales no muy confiables a no ser que agregues otro componente para que realmente haga efecto. Uno de ellos es el bicarbonato de sodio.
Algunas recetas que se inclinan más por las alternativas naturales no poseen los ingredientes necesarios para tener el factor jabonoso de los jabones para platos, sino que son más líquidos, por lo que no tienen mucho tiempo para hacer efecto antes de que se corran de la superficie.
Otras recetas son muy complicadas de realizar y optamos por la opción fácil de comprar uno en el mercado más cercano. Por ello, te traemos una receta basándonos en las de Kristin (Live Simply) y de Christine (The Hippy Homemaker).
Este jabón para platos casero te dará los resultados que estás buscando y, lo mejor de todo, con ingredientes fáciles de conseguir y que probablemente ya tengas en casa.
Entonces, ¿cómo hacer tu propio jabón para platos?
Esta receta es ideal para aquellas personas que desean eliminar las sustancias químicas de su hogar o simplemente quieran evitar el viaje al mercado para comprar un jabón lavavajillas. Solo necesitarás lo siguiente:
- Dispensador de jabón para platos.
- 1⁄2 taza de agua destilada caliente.
- 1⁄2 taza del limpiador biodegradable Sal Suds (de Dr. Bronner’s).
- 1⁄2 taza de vinagre blanco destilado.
- 1 cucharada de aceite esencial (opcional).
- 2 cucharaditas de sal kosher (opcional).
Una vez hayas reunido todos los materiales, procede a hacer tu propio jabón para platos siguiendo los siguientes pasos:
- En un envase lo suficientemente grande, mezcla el agua destilada y el vinagre blanco destilado.
- Luego, agrega el limpiador biodegradable Sal Suds y remuévelo enérgicamente hasta que se combine todo perfectamente.
- Si quieres utilizar el aceite esencial, añádelo. Esto le dará un olor agradable y, dependiendo del aceite, también servirá para agregar otras funciones.
- Puedes utilizar aceite de jojoba o de coco para humectar o aceite de lavanda o de naranja para que tenga un aroma fresco.
- Si ves que la mezcla no está lo suficientemente espesa, puedes agregar poco a poco la sal. Solo añade un poco y remueve bien. Si notas que le falta más espesor, vuelve a agregar sal. Repite el proceso hasta conseguir la contextura deseada.
- Una vez que tengas todo listo, vierte la mezcla en un dispensador de jabón para platos y ya está listo para usarlo.
¿Cómo hacer el agua destilada?
Si no tienes agua destilada comercial en tu hogar para hacer tu propio jabón para platos, no te preocupes: puedes hacerla tú mismo en casa. El proceso es un tanto laborioso, pero vale completamente la pena. Solo necesitas:
- Cacerola de acero inoxidable (capacidad mínima para 5 litros).
- Envase de cristal que quepa en la olla.
- Rejilla que quepa en la olla.
- Tapa para la cacerola.
- Hielo en cubos.
- Guantes de cocina.
- Botellas de vidrio limpias.
Cuando tengas todo lo necesario, procedes a realizar lo siguiente:
- Llena la cacerola con agua sin abarrotarla, de manera que no se bote en el proceso.
- Inserta la rejilla en el fondo de la olla y, encima de ella, coloca el envase de vidrio. Asegúrate de que el agua no rebase el borde del recipiente.
- Enciende la cocina y coloca la olla en fuego medio sin que llegue a hervir el agua. Con el paso del tiempo, el agua se evaporará poco a poco al contacto con el vidrio.
- Cubre la cacerola colocando la tapa al revés y, encima de ella, pon varios cubos de hielo y deja que actúe.
El agua irá evaporándose con el paso de los minutos, entrando en contacto con la tapa que, gracias a los hielos encima de esta, hará que se convierta de nuevo en agua, que irá acumulándose en el envase de cristal dentro de la olla.
Este proceso suele tardar mucho, por lo que hay que tener paciencia. Levanta la tapa de la olla cada tanto tiempo para verificar que el agua esté cayendo correctamente en el recipiente de vidrio y que no se esté desbordando.
Si queremos continuar con el proceso para tener más agua, solo debemos volver a taparla y dejar que el vapor del agua y el frío del hielo sigan haciendo su trabajo. Si notas que el hielo ya se derritió, coloca más encima.
- Cuando ya tengamos la cantidad de agua destilada que necesitamos, solo apaga la cocina y aparta la olla de la hornilla caliente. Colócate los guantes de cocina, retira la tapa y saca de la olla el recipiente de vidrio.
- Tapa el recipiente y espera que el agua se enfríe por unos minutos. Recuerda tapar el envase para resguardar el agua destilada.
- Ya cuando el agua esté a temperatura ambiente, solo queda verterla en las botellas de cristal (es la manera de conservación más recomendada).
El agua destilada tiene muchísimos usos (médicos, de limpieza e incluso cosméticos), ya que se trata de agua purificada carente de bacterias.
Puedes realizar este mismo procedimiento para obtener el vinagre blanco destilado. Solo debes sustituir el agua con el vinagre y podrás empezar a hacer tu propio jabón para platos.