Por qué no debería ejecutar el ciclo de secado con calefacción de su lavavajillas

¿Sabías que los platos y utensilios de cocina pueden dañarse al ejecutar el ciclo de secado con calefacción de su lavavajillas? Algunos expertos afirman que este ciclo puede afectar el funcionamiento de tu máquina.

El lavavajillas es un salvavidas a la hora de reducir el trabajo de limpiar lo que utilizamos en nuestra cocina luego de hacer alguna comida. Sin embargo, hay algunos aspectos que debemos tener en consideración a la hora de utilizarlo.

¿Qué pasa al ejecutar el ciclo de secado con calefacción de su lavavajillas?

La principal función de ejecutar el ciclo de secado con calefacción de su lavavajillas es ahorrarte el trabajo de secar tus utensilios de cocina a mano con un pañuelo.

Esto es posible debido a que, durante este ciclo de secado, el lavavajillas suelta una ráfaga de aire caliente por todo el interior de la máquina, de manera que se pueda eliminar en su totalidad la humedad de los platos.

Hasta ahora no parece haber nada malo con ejecutar el ciclo de secado con calefacción, ¿cierto? Es solo aplicar calor en tus utensilios de cocina para evitarte el procedimiento de hacer todo a mano. Pero, hay dos problemas a la vista.

Primero, el uso del ciclo de secado con calefacción, obligatoriamente, requiere de un tiempo mayor de uso, alrededor de 30 minutos (dependiendo de tu máquina), y, por lo tanto, mayor gasto de energía que, al final, se cargarán a tu factura de servicios.

Y segundo, el ejecutar este ciclo de secado puede traer como consecuencia el desgaste de tu lavavajillas con el paso del tiempo, ya que el aparato tiene que trabajar con mayor potencia para poder expulsar ese aire caliente a través de las ventanillas.

Entonces, ¿qué debo hacer?

A pesar de que pueda parecer una magnífica idea el secar tus instrumentos de cocina con calor, hay mejores opciones que no golpearán tanto tu bolsillo y que te darán los mismos resultados en comparación a ejecutar el ciclo de secado con calefacción.

Intenta utilizar la alternativa de secar al aire en vez del uso de calor. Muchísimos lavavajillas vienen con esta opción en sus sistemas. Tiene el mismo resultado, pero sin utilizar aire caliente.

Esta te permitirá ahorrar hasta, aproximadamente, un 15% (como mínimo) de energía en tu cuenta de servicios del hogar. Y tus platos e instrumentos de cocina estarán tan limpios y secos como si hubieses utilizado la opción de aire caliente.

Usar abrillantador en vez de ejecutar el ciclo de secado con calefacción

Otra opción que puede servirte es el uso de un abrillantador como apoyo para el proceso de secado. Para ello, solo debes conseguir el producto en el mercado que más se ajuste a tus necesidades y a tu bolsillo y seguir los siguientes pasos:

• Asegúrate de que la puerta del lavavajillas esté completamente abierta.
• Gira la perilla del dispensador para “abrir” o “volver a llenar” y levántalo.
• Vierte el abrillantador en la abertura hasta que el equipo te indique que está lleno. Procura no sobrepasarte del límite.
• Limpia cualquier resto de abrillantador que haya podido quedar en los alrededores de la abertura con algún pañuelo húmedo.
• Vuelve a colocar la perilla del dispensador en su lugar y asegúrate de pasar el seguro de bloqueo del mismo.
• Activa el lavavajillas para que inicie el proceso de secado.

Mantente alerta para cuando el aparato te indique colocar más abrillantador en el dispensador. Una vez que el ciclo de lavado haya terminado, deja la puerta del lavavajillas abierta para que el calor del exterior entre y permita secar mejor los utensilios.

Si tu bolsillo puede permitírselo, en lugar de ejecutar el ciclo de secado con calefacción de tu lavavajillas, puedes optar por adquirir una nueva máquina ahorradora.

Actualmente, en el mercado, hay marcas de lavavajillas que vienen con ajustes de ciclos específicos destinados a ahorrar agua y energía. Esto puede resultar ser una gran inversión a largo plazo, pues tus facturas de servicios básicos a final de mes no serán tan elevadas.